¿Qué aporta Foro Emergentes a FEMEVAL para que se hayan decidido a participar un año más en la organización de este encuentro?
Este Congreso ha sido, desde su comienzo, un referente para el ecosistema que conforma la industria 4.0. Un evento tractor de talento, de experiencias y de tendencias que impulsamos junto a AECTA como parte de nuestra inquietud y apuesta por ofrecer a las empresas soluciones tecnológicas en los distintos ámbitos de la transformación digital para sus procesos productivos.
¿Y a la inversa? ¿Qué aporta FEMEVAL a Emergentes?
Una de las finalidades de nuestra federación se centra en ofrecer a las empresas asociadas servicios de valor añadido en las áreas de innovación y transformación digital, industria 4.0, sostenibilidad (energía, movilidad), gestión estratégica, PRL y seguridad industrial, talento, negociación de convenios, asesoramiento y gestión, así como desarrollo de proyectos a nivel local, nacional e internacional.
Al respecto, y sobre la base de que somos una organización comprometida que hacemos entre todos y todas, cada cuatro años definimos un Plan Estratégico para adaptarnos a los nuevos retos que las organizaciones empresariales y las empresas tenemos por delante. Retos que se concretan en cuatro grandes bloques como son la innovación, la sostenibilidad, el talento y la transformación digital.
Desde esa perspectiva, la organización de Emergentes forma parte de nuestro cometido de adentrarnos aún más en la nueva era digital, creando propuestas de transformación digital adaptadas a las necesidades particulares de cada empresa para mejorar sus procesos productivos, y por supuesto para animarlas a abordar un más que necesario cambio que les permita adecuarse a la velocidad imparable que impone la Cuarta Revolución Industrial.
¿Qué percepción tienen las empresas asociadas de FEMEVAL sobre este foro?
El interés se manifiesta con la elevada participación que se registra cada año. Y ya son cuatro las ediciones. Lo que más valoran es el esfuerzo que realizamos de reunir, en un único foro de conocimiento e intercambio de experiencias, a empresas generadoras de tecnología en el ámbito industrial con las que buscan digitalizarse.
¿Cómo llevan las empresas valencianas la adaptación a esta 4ª Revolución Industrial?
A día de hoy es imposible pensar en una idea de negocio que no integre la digitalización y no se apoye en el uso de tecnologías para relacionarse con su entorno. Desde la búsqueda de nuevas oportunidades sin fronteras hasta la eficiencia de procesos y la relación con la clientela, las nuevas tecnologías impactan a lo largo y ancho de nuestro entorno.
Tecnologías emergentes que, aplicadas a la industria, conforman el denominado ecosistema 4.0 y están irrumpiendo a una velocidad de vértigo. Unas y otras permiten, entre múltiples aplicaciones, prever cuando se romperá una máquina de la línea de montaje, conseguir error cero en el producto final (control de calidad por visión artificial) o imprimir piezas de metal en 3D en pocas horas. Es decir, la industria 4.0 está produciendo cambios trascendentales en la producción con la automatización del proceso de manufactura, y con la interconexión proporcionada por proveedores e incluso por personas usuarias. Y en este sentido, es necesaria la digitalización de toda la cadena de valor, desde el suministro, la distribución y comercialización, pasando por la producción en fábricas.
También es cierto, que no todas las empresas pueden abordar el reto de la transformación digital en solitario. Y para ello es necesario configurar ecosistemas que impulsen la hoja de ruta a seguir mediante la colaboración entre el sector empresarial, público, tecnológico y académico.
¿Qué medidas o políticas deberían llevarse a cabo desde las administraciones para facilitar que ninguna firma se quede atrás en este sentido?
Esta crisis ha puesto en evidencia que existe un déficit de digitalización en las Pymes y microempresas, y en la propia Administración, tanto a nivel de utilización de herramientas y aplicaciones digitales como de digitalización de procesos. Con el nuevo contexto se acentúa la urgencia de un Plan de Transformación Digital para favorecer el proceso de transformación tecnológica de las empresas del metal. Este plan tiene que fundamentarse como una estrategia a medio y largo plazo, que entiende la transformación digital de las organizaciones como un proceso global que afecta a todas las áreas y personas de las empresas.
En lo relativo a la industria, echamos en falta una apuesta decidida para que se incluya el sector industrial en la agenda política del Gobierno central y autonómico. Esto supondría creer y confiar en su potencial productivo. Al respecto, las organizaciones empresariales como FEMEVAL encabezadas por la CEV estamos coordinando a todos los sectores industriales para conocer en qué punto nos encontramos y el salto cualitativo que queremos dar para fortalecer lo bueno y generar aquello que nos falta. Y la digitalización es un valor imprescindible detectado para estar o no estar. Por eso, y aunque valoramos los planes estratégicos de la Administración, solicitamos que se centren en configurar una política industrial con visión a medio y largo plazo asentada en tres pilares fundamentales para potenciar la industria como son: formación porque el desarrollo industrial tiene que ser intensivo en la capacitación de su capital humano; una mayor dotación de infraestructuras tecnológicas y una necesidad acuciante de innovación.
¿Cómo está afectando la crisis del COVID’19 a este camino hacia la digitalización que estaba emprendiendo la industria valenciana?
La pandemia generada por el COVID y sus consecuencias ha mostrado todas las virtudes y carencias de nuestra sociedad. Ha habido una digitalización impuesta nacida de la necesidad, y eso ha hecho que las empresas, que aún no lo habían hecho, por fin se den cuenta de que deben acelerar la incorporación de tecnologías 4.0 en todos sus procesos. Ahora lo que hace falta es que se favorezca la adaptación del tejido productivo a este nuevo escenario que emerge de las tendencias de cambio tecnológicas, sociales y económicas para que sea una normalidad mejorada.
¿Qué actuaciones realiza FEMEVAL para acompañar a sus empresas asociadas en la carrera de la digitalización?
Desde FEMEVAL hemos ideado DIGIMETAL: una hoja de ruta para la transformación digital de las Pymes con la colaboración de expertos tecnológicos como Nunsys. Se trata de una iniciativa integral dirigida al sector que se basa en tres pilares: la formación, la planificación estratégica y la colaboración con habilitadores digitales.
Por su parte, hemos impulsado con AIDIMME, IFEDES CONSULTORES y AYDAI un mapa de capacidades del metal para para conocer y analizar su potencial de reorientación productiva en la industria en caso de necesidad y plantear estrategias de flexibilización de su producción.
Otra actuación es “Valencia Industria Conectada 4.0” que muestra nuestra apuesta, junto a los Institutos Tecnológicos ADIMME e ITE, por establecer una línea de asesoramiento a pymes para ayudarles a analizar su situación digital, diagnosticar sus necesidades y lanzar soluciones 4.0 específicas y de utilidad general adaptadas a subsectores concretos o colectivo de empresas.
Por su parte, contamos con la Agrupación Empresarial para la Innovación de los Procesos Productivos del Metal y Afines (AEI VALMETAL), un cluster del sector metalmecánico valenciano impulsado por FEMEVAL y AIDIMME, con el que tratamos de impulsar el desarrollo de tecnologías y el fomento de la transformación digital en el seno de nuestras empresas, en especial las más pequeñas.
Y con el estudio “R-Evolución Industrial: Prevención y Retos 4.0” impulsado con Unión de Mutuas, Unimat Prevención, Aidimme y Valmetal, también hemos dado respuesta a desafíos hasta ahora desconocidos e inexplorados del uso de tecnologías emergentes en el entorno de trabajo.
Este año el Congreso será más transversal que nunca, tratando temas desde las Distribución Omnicanal al Teletrabajo ¿qué opina al respecto?
El trabajo presencial y el factor cara a cara eran dos realidades tan arraigadas a nuestro ADN que era casi imposible imaginar un mundo en el que fuera obligatorio trabajar desde casa. Pero son las grandes crisis las que agudizan el ingenio, y la necesidad siempre triunfa. El Covid-19 ha implantado en estos meses procesos digitales que no se esperaban hasta dentro unos años. Así, y con la transformación digital, impulsada por la propia crisis sanitaria, el trabajo se está desvinculando cada vez más de un lugar determinado y un tiempo definido.
Esto conduce a nuevas formas de relación laboral e innovadores modelos de organización del trabajo, con mercados de trabajo más ágiles que respondan a las demandas de una economía cada vez más compleja. Y para todo ello, se requiere especialmente un plan de ayudas orientado a la digitalización de los procesos de ventas de determinados sectores, especialmente el comercio metal, para que valoren la omnicanalidad como factor dinamizador de las ventas.