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Nuria Lloret, presidenta de AECTA y catedrática de la UPV: “La transformación digital ha pasado de ser necesaria a ser imprescindible para sobrevivir”

¿Cómo será esta nueva edición de Emergentes?

Al finalizar la edición de 2019, decidimos que los siguientes congresos serían más específicos por sectores. Siempre hemos abordado el tema de las tecnologías emergentes, pero desde un punto de vista general. Este año nos hemos centrado en dos aspectos, principalmente: tecnología y sostenibilidad y tecnología y distribución (sobre todo en alimentación) y movilidad.

Ante la coyuntura actual ¿se planteó la posibilidad de no celebrar el Congreso?

En ningún momento. Desde el principio del confinamiento todos hemos estado conectados y haciendo uso de tecnologías para llevar a cabo encuentros telemáticos. A estas alturas ya estamos muy acostumbrados a hacer las cosas on-line. Entendemos que no tiene sentido no realizarlo por esta cuestión porque tenemos la tecnología para hacerlo, sabemos utilizarla y la gente está participando en este tipo de actividades desde esta nueva modalidad.

¿Cómo se organiza un encuentro en el que predomina el networking desde una perspectiva telemática?

Se habilitarán salas y espacios paralelos al congreso para que la gente pueda conectarse e interactuar y abandonarlas cuando hayan finalizado estos encuentros.  Es este aspecto el que más estamos preparando para que técnicamente estas conversaciones funcionen.

Son ya cuatro ediciones de Emergentes ¿por qué desde AECTA se apuesta tan fuerte por este foro?

Desde AECTA tenemos claro que nuestros asociados están apostando por la tecnología para mejorar cualquiera de los segmentos en los que se realiza la consultoría. Creemos que es la base para que las empresas avancen. Sobre todo, en este momento en que la transformación digital ha pasado de ser necesaria a ser imprescindible para sobrevivir.

Queremos ayudar a nuestros clientes mostrando que somos una asociación con empresas pioneras en el uso de la tecnología.

¿Qué percepción tienen los socios de AECTA de este congreso?

Todos los años tenemos una excelente acogida. Pensamos que este año va a ser mayor, porque las pocas empresas que antes de la pandemia no tuvieran muy clara la importancia de la implementación de las tecnologías emergentes, seguro que ahora están interesadas. Es muy útil conocer casos prácticos, como los que se comparten en este foro

¿Qué pueden aportar ellos a este encuentro?

Nuestros socios son diferentes áreas de consultoría. Lo bueno es que, aunque el congreso tenga una temática específica, hay ponencias que son más trasversales que interesan a todos los asistentes, independientemente del sector en el que operan.

Este año la industria cede el protagonismo a la Distribución ¿en qué punto se encuentra el sector en cuanto a digitalización y uso de tecnologías disruptivas?

La Distribución es uno de los sectores que se encuentra más avanzado en cuanto a transformación digital. Toda la información sobre el estado de un pedido que recibimos cuando hacemos una compra online, es digitalización. Son sectores que están invirtiendo mucho en tecnología.

También los supermercados utilizan todas estas innovaciones para controlar la trazabilidad de los productos. Y por supuesto, en el sector logístico.

En otras ediciones se ha puesto de manifiesto que son las PYMES las que más retos enfrentan a la hora de abordar esta 4ª Revolución Industrial, ¿ocurre lo mismo en el sector de la Distribución?

Los proyectos tienen el tamaño que tiene la empresa. Es evidente que el coste de incorporar estas tecnologías existe y es elevado, pero la alternativa a día de hoy no existe. Antes, esta transformación digital era optativa, pero ahora el consumidor y el mercado lo exigen.

El teletrabajo también será un tema a tratar, un aspecto de plena actualidad debido a la crisis sanitaria que enfrentamos ¿cómo están viviendo esta situación las firmas valencianas?

Al principio de la crisis sanitaria, el teletrabajo se ha llevado como se ha podido. Ni la Administración ni la mayoría de las empresas valencianas estaban preparadas para esta modalidad. A pesar de todo, se ha funcionado bien. Pero existen muchos ‘agujeros negros’ que hay que solventar para que este sistema sea realmente viable, y estas cuestiones no son solo tecnológicas. Hay que formar al personal, reciclarse en el uso de la tecnología y aspectos de la salud laboral que ahora no se están abordando, pero que en un futuro van a aflorar.

Hablaremos sobre esto y sobre las responsabilidades de trabajadores y empleadores. Hay que analizar mucho sobre el tema para que no empeore la calidad del trabajo. Ya existe la legislación que sirve como punto de partida, pero luego hay que ver cómo evoluciona.

¿Esta transformación se está llevando a cabo de manera sostenible o se están poniendo ‘parches’?

Desde el punto de vista tecnológico, hace falta ejecutar una gran inversión económica para afrontar este cambio y, de momento, no se dan las circunstancias para llevar a cabo estos grandes desembolsos; por lo que ahora se está parcheando. También a la hora de formar al personal, que no está pudiendo hacerse. Lo que tenía que hacerse en los próximos 5 años se ha hecho en 6 meses. La crisis sanitaria ha sido una bola que ha arrasado con la planificación.

Y en general ¿cómo están afrontando las empresas la nueva normalidad que vivimos?

En líneas generales los cambios se están adoptando por obligación.

Hay empresas valencianas que ya habían avanzado, antes de la pandemia, en este sentido; sobre todo empresas de carácter tecnológico. Pero en los sectores más tradicionales, aspectos como el teletrabajo, por ejemplo, no son viables.

También los modelos de negocio de algunos sectores, han desparecido por la situación actual.

Pero insisto que no se trata solo de una cuestión tecnológica, también es cultural. Los cambios, las acciones, las desarrollamos personas. Si esas personas no conocen la importancia de esa transformación o no está formada para utilizarla correctamente, no tienen sentido hacerlo. Hay un problema generacional y una necesidad de reciclaje urgente.

¿Qué papel están teniendo las empresas de consultoría en este escenario?

Hay algunas que han podido ampliar el negocio, desde el punto de vista de la implementación de la tecnología; pero hay otras que ven cómo sus clientes no van a poder adaptarse y soportar estos cambios y acabarán cerrando. Al final esta situación no es buena para nadie.

¿Qué ponencia o mesa redonda no piensa perderse?

Tengo muchas ganas de escuchar lo que tienen que decir en la mesa redonda sobre sostenibilidad. Creo que es un aspecto de futuro que nos concierne a toda la sociedad y a todas las empresas, independientemente de nuestro sector, y tenemos que pensar cómo podemos trabajar en este sentido.

Isabel Garro, que moderará la mesa, es una de las mayores expertas europeas en este tema y va a aportar conocimientos muy interesantes. También participarán empresas que ya funcionaban desde una perspectiva sostenible, incluso antes de que la palabra se pusiera de moda y creo que será un encuentro muy enriquecedor.

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Vicente Lafuente, presidente de FEMEVAL: “A día de hoy es imposible pensar en una idea de negocio que no integre la digitalización”

¿Qué aporta Foro Emergentes a FEMEVAL para que se hayan decidido a participar un año más en la organización de este encuentro?

Este Congreso ha sido, desde su comienzo, un referente para el ecosistema que conforma la industria 4.0. Un evento tractor de talento, de experiencias y de tendencias que impulsamos junto a AECTA como parte de nuestra inquietud y apuesta por ofrecer a las empresas soluciones tecnológicas en los distintos ámbitos de la transformación digital para sus procesos productivos.

¿Y a la inversa? ¿Qué aporta FEMEVAL a Emergentes?

Una de las finalidades de nuestra federación se centra en ofrecer a las empresas asociadas servicios de valor añadido en las áreas de innovación y transformación digital, industria 4.0, sostenibilidad (energía, movilidad), gestión estratégica, PRL y seguridad industrial, talento, negociación de convenios, asesoramiento y gestión, así como desarrollo de proyectos a nivel local, nacional e internacional.

Al respecto, y sobre la base de que somos una organización comprometida que hacemos entre todos y todas, cada cuatro años definimos un Plan Estratégico para adaptarnos a los nuevos retos que las organizaciones empresariales y las empresas tenemos por delante. Retos que se concretan en cuatro grandes bloques como son la innovación, la sostenibilidad, el talento y la transformación digital.

Desde esa perspectiva, la organización de Emergentes forma parte de nuestro cometido de adentrarnos aún más en la nueva era digital, creando propuestas de transformación digital adaptadas a las necesidades particulares de cada empresa para mejorar sus procesos productivos, y por supuesto para animarlas a abordar un más que necesario cambio que les permita adecuarse a la velocidad imparable que impone la Cuarta Revolución Industrial.

¿Qué percepción tienen las empresas asociadas de FEMEVAL sobre este foro?

El interés se manifiesta con la elevada participación que se registra cada año. Y ya son cuatro las ediciones. Lo que más valoran es el esfuerzo que realizamos de reunir, en un único foro de conocimiento e intercambio de experiencias, a empresas generadoras de tecnología en el ámbito industrial con las que buscan digitalizarse.

¿Cómo llevan las empresas valencianas la adaptación a esta 4ª Revolución Industrial?

A día de hoy es imposible pensar en una idea de negocio que no integre la digitalización y no se apoye en el uso de tecnologías para relacionarse con su entorno. Desde la búsqueda de nuevas oportunidades sin fronteras hasta la eficiencia de procesos y la relación con la clientela, las nuevas tecnologías impactan a lo largo y ancho de nuestro entorno.

Tecnologías emergentes que, aplicadas a la industria, conforman el denominado ecosistema 4.0 y están irrumpiendo a una velocidad de vértigo. Unas y otras permiten, entre múltiples aplicaciones, prever cuando se romperá una máquina de la línea de montaje, conseguir error cero en el producto final (control de calidad por visión artificial) o imprimir piezas de metal en 3D en pocas horas. Es decir, la industria 4.0 está produciendo cambios trascendentales en la producción con la automatización del proceso de manufactura, y con la interconexión proporcionada por proveedores e incluso por personas usuarias. Y en este sentido, es necesaria la digitalización de toda la cadena de valor, desde el suministro, la distribución y comercialización, pasando por la producción en fábricas.

También es cierto, que no todas las empresas pueden abordar el reto de la transformación digital en solitario. Y para ello es necesario configurar ecosistemas que impulsen la hoja de ruta a seguir mediante la colaboración entre el sector empresarial, público, tecnológico y académico.

¿Qué medidas o políticas deberían llevarse a cabo desde las administraciones para facilitar que ninguna firma se quede atrás en este sentido?

Esta crisis ha puesto en evidencia que existe un déficit de digitalización en las Pymes y microempresas, y en la propia Administración, tanto a nivel de utilización de herramientas y aplicaciones digitales como de digitalización de procesos. Con el nuevo contexto se acentúa la urgencia de un Plan de Transformación Digital para favorecer el proceso de transformación tecnológica de las empresas del metal. Este plan tiene que fundamentarse como una estrategia a medio y largo plazo, que entiende la transformación digital de las organizaciones como un proceso global que afecta a todas las áreas y personas de las empresas.

En lo relativo a la industria, echamos en falta una apuesta decidida para que se incluya el sector industrial en la agenda política del Gobierno central y autonómico. Esto supondría creer y confiar en su potencial productivo. Al respecto, las organizaciones empresariales como FEMEVAL encabezadas por la CEV estamos coordinando a todos los sectores industriales para conocer en qué punto nos encontramos y el salto cualitativo que queremos dar para fortalecer lo bueno y generar aquello que nos falta. Y la digitalización es un valor imprescindible detectado para estar o no estar. Por eso, y aunque valoramos los planes estratégicos de la Administración, solicitamos que se centren en configurar una política industrial con visión a medio y largo plazo asentada en tres pilares fundamentales para potenciar la industria como son: formación porque el desarrollo industrial tiene que ser intensivo en la capacitación de su capital humano; una mayor dotación de infraestructuras tecnológicas y una necesidad acuciante de innovación.

¿Cómo está afectando la crisis del COVID’19 a este camino hacia la digitalización que estaba emprendiendo la industria valenciana?

La pandemia generada por el COVID y sus consecuencias ha mostrado todas las virtudes y carencias de nuestra sociedad. Ha habido una digitalización impuesta nacida de la necesidad, y eso ha hecho que las empresas, que aún no lo habían hecho, por fin se den cuenta de que deben acelerar la incorporación de tecnologías 4.0 en todos sus procesos. Ahora lo que hace falta es que se favorezca la adaptación del tejido productivo a este nuevo escenario que emerge de las tendencias de cambio tecnológicas, sociales y económicas para que sea una normalidad mejorada.

¿Qué actuaciones realiza FEMEVAL para acompañar a sus empresas asociadas en la carrera de la digitalización?

Desde FEMEVAL hemos ideado DIGIMETAL: una hoja de ruta para la transformación digital de las Pymes con la colaboración de expertos tecnológicos como Nunsys. Se trata de una iniciativa integral dirigida al sector que se basa en tres pilares: la formación, la planificación estratégica y la colaboración con habilitadores digitales.

Por su parte, hemos impulsado con AIDIMME, IFEDES CONSULTORES y AYDAI un mapa de capacidades del metal para para conocer y analizar su potencial de reorientación productiva en la industria en caso de necesidad y plantear estrategias de flexibilización de su producción.

Otra actuación es “Valencia Industria Conectada 4.0” que muestra nuestra apuesta, junto a los Institutos Tecnológicos ADIMME e ITE, por establecer una línea de asesoramiento a pymes para ayudarles a analizar su situación digital, diagnosticar sus necesidades y lanzar soluciones 4.0 específicas y de utilidad general adaptadas a subsectores concretos o colectivo de empresas.

Por su parte, contamos con la Agrupación Empresarial para la Innovación de los Procesos Productivos del Metal y Afines (AEI VALMETAL), un cluster del sector metalmecánico valenciano impulsado por FEMEVAL y AIDIMME, con el que tratamos de impulsar el desarrollo de tecnologías y el fomento de la transformación digital en el seno de nuestras empresas, en especial las más pequeñas.

Y con el estudio “R-Evolución Industrial: Prevención y Retos 4.0” impulsado con Unión de Mutuas, Unimat Prevención, Aidimme y Valmetal, también hemos dado respuesta a desafíos hasta ahora desconocidos e inexplorados del uso de tecnologías emergentes en el entorno de trabajo.

Este año el Congreso será más transversal que nunca, tratando temas desde las Distribución Omnicanal al Teletrabajo ¿qué opina al respecto?

El trabajo presencial y el factor cara a cara eran dos realidades tan arraigadas a nuestro ADN que era casi imposible imaginar un mundo en el que fuera obligatorio trabajar desde casa. Pero son las grandes crisis las que agudizan el ingenio, y la necesidad siempre triunfa. El Covid-19 ha implantado en estos meses procesos digitales que no se esperaban hasta dentro unos años. Así, y con la transformación digital, impulsada por la propia crisis sanitaria, el trabajo se está desvinculando cada vez más de un lugar determinado y un tiempo definido.

Esto conduce a nuevas formas de relación laboral e innovadores modelos de organización del trabajo, con mercados de trabajo más ágiles que respondan a las demandas de una economía cada vez más compleja. Y para todo ello, se requiere especialmente un plan de ayudas orientado a la digitalización de los procesos de ventas de determinados sectores, especialmente el comercio metal, para que valoren la omnicanalidad como factor dinamizador de las ventas.

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Francisco Gimenez, CEO de Encamina: “La tecnología es un vector clave de competitividad para las empresas y cuanto más complejo y difícil sea el entorno, más clave será”

¿Como consultores han sido testigos en primera línea de todo el proceso de transformación que han tenido que llevar a cabo las empresas debido a la crisis sanitaria ¿qué análisis hace del antes y el ahora?

Sin lugar a duda, las empresas que estaban más digitalizadas han sido capaces de adaptarse con mayor rapidez a la nueva situación creada por la crisis del COVID-19. No obstante, todas han visto la necesidad de profundizar esa transformación y, en muchos casos, se ha acelerado esta transformación digital, obligadas por la necesidad de atender a sus clientes, colaborar y comunicarse internamente, tener a sus empleados conectados o encontrar nuevos modelos de negocio.

¿Su cartera habitual de clientes, los que ya tenían interiorizada la apuesta por la innovación y la digitalización ¿han estado en una posición más competitiva?

Si, todas aquellas empresas que estaban en este proceso de transformación digital han conseguido ventajas con respecto a sus competidores que no estaban tan concienciados. Esto confirma que la tecnología es un vector clave de competitividad para las empresas y cuanto más complejo y difícil sea el entorno más clave será.

Dentro de todo lo malo que ha traído esta pandemia, buscando un aspecto positivo ¿han visto aumentar su negocio?

Dentro del drama que está suponiendo la pandemia, y dentro del mundo de la empresa, creemos que ha traído una mayor concienciación de la importancia de la tecnología y ha acelerado su adopción de forma vertiginosa. Muchas empresas han dado en pocos meses los pasos que les hubiera costado años.

¿Cree que la gente sabía lo que tenía que buscar y dónde encontrarlo (transformación digital, implementación de nuevas tecnologías, etc.)?

Como en tantos otros aspectos, la situación era heterogénea y había personas y empresas con diferente grado de implementación. Lo que sí que es cierto es que tanto desde los proveedores de tecnología, como desde la Administración o las organizaciones empresariales se ha realizado un esfuerzo por acercar a todo el mundo las posibles soluciones que podían ayudar a las empresas en su transformación. Un ejemplo claro es la cantidad de webinars y jornadas on-line que se han realizado por todos ellos, compartiendo soluciones y casos de éxito para que todo el mundo pudiera acceder a estas soluciones de la forma más sencilla posible.

Esta transformación “impuesta” ¿será sostenible en el futuro próximo o se han puesto parches que a corto plazo acabarán cayendo?

Yo creo que buena parte de esta transformación ha llegado para quedarse, de hecho, estaba ya presente en nuestra sociedad y pienso que quien la abandone en el largo plazo perderá de nuevo el tren en los próximos años, que sin duda traerán nuevas crisis a las que la tecnología volverá a ser una de las respuestas más adecuadas.
¿Qué cree que se puede hacer desde la Administración para favorecer la supervivencia del máximo número posible de empresas?

Lo primero poner en el foco de la recuperación a las empresas. Son estas las que han de mantener y generar el empleo que nos saque de esta crisis. Por otro lado, es fundamental ser ágil y no poner trabas, por ejemplo, incentivando la innovación con ayudas, pero que estás se resuelvan rápidamente y con garantías.
La garantía del mantenimiento de los puestos de trabajo o resolver el más que posible problema de la liquidez es un paso imprescindible en el corto plazo; pero en el largo plazo hay que transformar el modelo económico e ir encauzándolo rápidamente hacia un modelo basado en el conocimiento de alto valor añadido. Para ello también es clave tener un mercado de trabajo adecuado y pensar en qué habilidades hemos de formar a nuestros trabajadores para dar respuesta a un mundo globalizado, digital, complejo e incierto, al que sin duda vamos.

¿Qué cree que se llevará de su experiencia en el Foro Emergentes?

Espero aprender mucho de todos los ponentes que sin duda van a aportarnos calidad y cantidad de contenidos de valor.