Begoña Cristeto es Secretaria General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Desde su punto de vista, la celebración del I Congreso de Tecnologías Emergentes servirá para difundir el conocimiento de esta nuevas tecnologías, paso indispensable para garantizar el éxito de la implantación de esta nueva forma de hacer negocio.
“Eventos de esta naturaleza son fundamentales para concienciar a nuestras empresas sobre los beneficios de las nuevas tecnologías digitales y aclara muchas dudas, sobre todo de pequeñas y medianas empresas, en esta necesaria digitalización. Es necesario generar casos de uso para estimular la inversión de empresas en este procesos de digitalización. Porque la Industria 4.0 ya no es una alternativa, es una necesidad. La mejor palanca para garantizar la competitividad a medio y largo plazo de nuestras empresas”.
Cristeto siempre se ha mostrado contundente a la hora de hablar de la necesidad de las empresas de transformarse y digitalizarse:
“El sector industrial mantiene y crea empleo de alta cualificación, con unos salarios más altos y con una mayor productividad que otros sectores de la economía. Además, es el principal generador y demandante de innovación y desarrollo tecnológico y tiene una mayor propensión a exportar. Se trata de un sector que genera numerosos efectos externos positivos sobre la economía en su conjunto. En la actualidad, se enfrente a una serie de desafíos, dentro de los cuales destaca el acelerado progreso tecnológico en curso, con innovaciones disruptivas que plantean a su vez enormes retos para el sector industrial: orientación al cliente y personalización, flexibilidad en la producción, reducción del time to market, etc. A la vez, las empresas industriales deben lograr una mayor eficiencia y productividad a lo largo de toda su cadena de valor y adaptarse a las innovaciones disruptivas que están aconteciendo mediante nuevos desarrollos de negocio. Todo ello, surge como consecuencia del impacto de la transformación digital en la industria. Es por ello que la digitalización se convierte en la principal palanca de competitividad de nuestra industria y es tan importante su desarrollo”.
En este escenario, la situación de España respecto al resto de socios Europeos es bastante positiva.
“España ha cogido en esta ocasión el tren de esta revolución industrial a tiempo. Si bien es cierto que hay países, que por la propia composición de su tejido empresarial, llevan años digitalizándose, España tiene las condiciones para aprovechar eficazmente todo el potencial de las nuevas tecnologías digitales. Nos corresponde a partir de ahora a empresas, administraciones, y demás actores implicados en este proceso, convertir la digitalización en prioridad en nuestras estrategia y agenda de trabajo”.
Las empresas españolas han experimentado una apreciable evolución en los últimos años en este sentido.
“Algunos sectores de la economía nacional han avanzado más rápido en la digitalización que la industria, es el caso de las Telecomunicaciones, las Finanzas y las Tecnologías de la Información. Las manufacturas y otras industrias precisan incrementar su ritmo en este proceso para alcanzar los cambios sociales, las preferencias de la ciudadanía, del mercado de trabajo y de los modelos de negocio. Además, el efecto de la progresiva introducción de tecnologías digitales en la industria se propagará también a otros sectores productivos forzando su reconversión. Esto plantea un reto muy importante, por ejemplo en el empleo. Es necesario el establecimiento de políticas formativas orientadas a potenciar las capacidades digitales de la población activa. La oportunidad está ahí. En informes como “España 4.0: El reto de la transformación de la Economía” de Roland Berger y Siemens, esta oportunidad se cifra en 120.000 millones de euros”.
Pero todavía son apreciables las dificultades que encuentran las industrias españolas para transformarse en 4.0. Es en este punto donde cobra especial importancia contar con una adecuada oferta de habilitadores y una formación técnica de calidad.
“Los datos nos indican que sólo un 10 % de las empresas industriales afirman tener una estrategia digital formalizada, o que tan sólo el 55% de las empresas españolas afirman que invertirán en 2017 en procesos de digitalización. Hay una labor fundamental de concienciar a las empresas de la importancia de transformar sus organizaciones digitalmente. En cuanto a la oferta de habilitadores digitales, si bien es cierto que nuestro país cuenta con una oferta amplia de habilitadores, no es menos cierto la necesidad de profundizar en la inversiones de I+D+i para que esa oferta no sólo sea suficiente, sino competitiva internacionalmente. En cuanto a la formación de nuestros técnicos, conviene destacar que recientemente, y según datos de Eurostat, en nuestro país, los especialistas en tecnologías de la información y comunicaciones representan un 3,1% de la fuerza laboral, un número inferior a la media europea, que es del 3,7%. Además, en los últimos años se viene observando una reducción de los graduados en tecnologías, ciencias y matemáticas. En España, estos graduados suman 19 de cada mil, superior a la media europea, pero en una décima posición y lejos de países líderes como Reino Unido, Francia o Austria. Este es sin duda uno de los principales retos al que nos enfrentamos en la digitalización, no sólo de nuestra industria, sino del conjunto de nuestra economía”.
Para potenciar y facilitar esta transformación, las medidas que se llevarán a cabo por parte de la Administración, pero también desde la iniciativa privada, serán fundamentales.
“La colaboración público-privada será determinante en este proceso de transformación digital. La colaboración es un elemento distintivo de este nuevo paradigma industrial. No es posible que ni Administración ni empresas aborden los cambios necesarios en solitario. La promoción de entornos colaborativos, donde se desarrolle una cultura innovadora y proliferen los casos demostrativos, será determinante en el compromiso que todos tenemos con la industria 4.0. Desde la Administración hemos puesto en marcha la estrategia Industria Conectada 4.0. Una estrategia integral, en cuanto que aborda todas las dimensiones de la digitalización, pero que se caracteriza por colocar a la empresa en el centro de su concepción y desarrollo. Servicios como HADA, ACTIVA, el apoyo financiero a la implantación de habilitadores digitales en nuestra industria o el reciente primer Congreso Nacional de Industria Conectada 4.0, apoyan a las empresas industriales durante donde su recorrido hacia la digitalización. Nuestro objetivo no es otro que lograr que la española sea una industria conectada e inteligente”.