En este evento se dan cita Administración, investigadores y sector privado y se potencia la generación de proyectos cooperativos. ¿Qué papel cree que juegan estas acciones en la apuesta por la innovación de las empresas valencianas?
Acciones de este tipo son imprescindibles para la innovación. Desde el Ayuntamiento de València y, especialmente, desde el Centro de Innovación de Las Naves, apostamos por el trabajo conjunto de las cuatro hélices, esto es: sector público, sector privado, sociedad civil y la academia. Somos conscientes de que de manera conjunta llegaremos más rápido y más lejos, por eso es esencial potenciar estos lugares de encuentro y debate para mejorar cada una de las patas que apuestan por la innovación.
En cuanto a transformación digital ¿cómo era la situación en nuestro tejido productivo antes de la crisis sanitaria? ¿Cómo ha influido esta en este aspecto?
Creo que hay mucho camino que recorrer en cuanto a transformación digital, especialmente en la pequeña empresa. Aunque algunas ya estaban preparadas, a muchas les ha pillado a contrapié a pesar de ser conocedores de la necesidad de apostar por la digitalización. En todo caso, de todas las crisis se saca algo positivo y la respuesta ha sido la de ponerse al día en un periodo de tiempo muy breve. En el tema de los servicios esenciales, como el de la alimentación, la repuesta fue rápida para poder abastecer a la población y no perder clientes en favor de las grandes corporaciones que, evidentemente, llevaban mucho más trabajo realizado.
El comercio ha sido uno de los sectores más afectada por esta crisis. ¿Cómo está a día de hoy? ¿Qué herramientas tiene para afrontar los retos actuales y los que están por venir?
El comercio presencial ha sufrido muchísimo, especialmente en el centro de la ciudad ante la falta de actividad y de turismo. Es cierto que en algunos barrios ha habido un ligero repunte al no concentrar a la población en sus lugares de residencia. En todo caso, y aunque no hay que perder el comercio a pie de calle con su establecimiento abierto al público ya que es lo que, al fin y al cabo, da personalidad a una ciudad; hay que trabajar por mejorar las herramientas de venta online, por ejemplo, que tanto se han utilizado en esta crisis.
La transformación y el cambio de hábitos de compra han llegado para quedarse, al menos durante una temporada. Es imprescindible ofrecer al ciudadano canales de venta sencillos para impedir que migren sus compras hacia corporaciones con sede en el extranjero y que no siempre ofrecen las garantías necesarias para el consumidor.
¿Qué políticas están desarrollando para ayudar a las firmas valencianas?
Desde el Ayuntamiento hemos multiplicado por cuatro las líneas de ayudas en materia de comercio durante 2020 y vamos a mantenerlo durante 2021. Además de las ayudas a las empresas y a los autónomos gestionadas por diferentes departamentos. Hemos seguido haciendo campañas de concienciación para el consumo interno y responsable de la ciudadanía. Y, además, se han tramitado ayudas también al sector cultural, uno de los sectores más golpeados por la crisis.
En una segunda fase deberemos abordar un plan estratégico y analizar las carencias detectadas durante la pandemia para estar preparados para ser una ciudad más resiliente.
En cuanto al funcionamiento de la Administración ¿estaban preparados para pasar de la presencialidad a los servicios digitales en tan poco tiempo?
Aunque estábamos preparados en cuanto a la parte teórica, es evidente que no teníamos todas las herramientas necesarias para ponerlo en marcha. No obstante la respuesta fue muy rápida con la compra, por ejemplo de licencias suficientes para realizar teletrabajo y poder dar servicio a la ciudadanía. La Administración Electrónica del Ayuntamiento de València es una de las más avanzadas de todo el estado español y es modelo a seguir a nivel mundial, por lo que ha evolucionado muy rápido en muy poco tiempo, siendo absolutamente eficaz en la respuesta a la pandemia.