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Francisco Jariego: “Propongo el futurismo como deporte de riesgo para mantener en forma los consejos de administración”

Francisco Jariego es el presidente del Comité Asesor de FOM, el partner estratégico del Foro Emergentes. Este doctor en Física fue durante catorce años el responsable de Estrategia Tecnológica de Telefónica. Actualmente, además de profesor y colaborador universitario, es un destacado autor de ficción: Tras Carolina 114 y Extrapolación 2029, el próximo año llegará una nueva Extrapolación, quizás 2069.

Comencemos por Emergentes. Su conferencia tratará sobre el estado de madurez de las tecnologías habilitadoras ¿Qué tecnologías han alcanzado ese grado y cuáles no?

“La madurez de la tecnología depende del contexto: para qué la vamos a usar. Pongamos por caso la inteligencia artificial. Es una ambición de muy largo recorrido. Desde hace unos años una tecnología en concreto, Deep Learning (redes neuronales de múltiples capas), de la que sólo el nombre es novedoso, ha alcanzado un nivel de madurez suficiente para resolver algunos problemas que hace sólo unos años parecían inabordables. Sin embargo, esta misma tecnología aún no tiene la madurez necesaria para, por ejemplo, sustituir a una persona en un diálogo no excesivamente complicado (asistentes virtuales). Por eso, aún seguiremos hablando durante muchos años sobre la inteligencia artificial, sus aplicaciones y sus implicaciones.

Algo parecido ocurre con prácticamente cualquiera de las tecnologías de las que estamos hablando en la industria 4.0. No obstante, algunas como cloud computing o big data han alcanzado una penetración ya muy notable en un amplio conjunto de problemas, sistemas y proyectos empresariales. Mientras que otras, como blockchain, aún están en pleno proceso de experimentación”.

¿Cómo valora su participación, de nuevo, en Emergentes?

“Es un placer y me siento muy honrado de que la organización cuente conmigo para esta nueva edición. Como observador, es un foro que me parece idóneo para conocer de primera mano personas e iniciativas muy interesantes. Es una forma de tomar el pulso a la realidad de la industria 4.0 desde el terreno. Es Inspirador. En lo personal, un reto”.

En Emergentes se celebrará el encuentro anual de la comunidad Fom Alumni. ¿Qué está aportando, a la industria, los másteres sobre industria 4.0 que FOM viene impartiendo desde 2016?

“Esta es una cuestión que me parece especialmente relevante. Oigo hablar mucho de que la industria 4.0 va de personas y de colaboración, pero la verdad es que no veo muchas iniciativas que apuesten por ello. En gran medida, es un tópico fácil para los titulares de prensa y para la gente que no tiene mucho que decir. Pero ciertamente en España nos hace falta un espejito mágico que nos diga: “Mira, no. La verdad es que nuestra industria no es la más guapa del reino”, y hace falta también una visión que sirva para catalizar acciones a nivel individual que apunten a un objetivo ambicioso. Pablo apuesta por los héroes de la industria 4.0 (los alumnos que se están formando en los másteres de FOM).

Fom Alumni es una realidad que espero ver arraigarse y crecer. Y creo que Fom Alumni podría llegar a ser ese espejo y ayudar a crear esa visión. A diferencia de otros másteres en los que participo (y no pretendo con esto decir que sean mejores ni peores, sólo destacar las diferencias), en todos los másteres de FOM he encontrado personas con mucho conocimiento de sectores, productos y procesos industriales, con mucha motivación y mucha curiosidad por entender, aprender y hacer. Creo que hay que darles una voz para hagan de espejito mágico y nos muestren la realidad. Y creo que es posible contar con ellos, como inteligencia colectiva, para dibujar a dónde queremos ir”.

Para Emergentes, haremos un pequeño experimento en esta línea

¿Cómo está la industria española a nivel de digitalización?

“Distinguiré tres niveles. En la industria establecida se apuesta por una adopción pausada y ordenada de las nuevas tecnologías. En la introducción de nuevos productos y servicios que, desde mi punto de vista y, como destaco una y otra vez en mis clases de máster, es donde realmente comienza cualquier verdadera transformación, sobre todo si es una revolución, veo mucha motivación y muchas personas y proyectos interesantes.

Por último, en el nivel macro, y como ya apuntaba, creo que España no está haciendo sus deberes. Europa y España se han fijado objetivos para la contribución del sector industrial y la fabricación que no se van a alcanzar. A nadie se escapa que, por su naturaleza, la industria es un sector con una apuesta más intensa en I+D (la asignatura pendiente de España) y empleo de mayor calidad. Pero la realidad es tozuda y la tendencia de la contribución del sector industrial en España es a la baja. ¿Cuál es mi conclusión? Que, aunque la industria establecida haga sus deberes, su peso en la economía se reduce porque no hay renovación al ritmo que sería necesario. No aparecen nuevas propuestas de valor al ritmo que sería necesario. Muchos otros países ya han publicado estrategias para sus sectores industriales. Es sólo un primer paso. En España, vamos retrasados”.

5G, un paso evolutivo más

Usted fue durante bastantes años el responsable de Estrategia Tecnológica de Telefónica ¿Considera que las operadoras están jugando un buen papel en el desarrollo de la industria 4.0?

“Los operadores de comunicación no tienen por qué jugar ningún papel especialmente relevante en la industria 4.0. Los operadores están centrados, y creo que es lo que deben hacer, en ofrecer los servicios de comunicaciones y valor añadido alrededor de las comunicaciones, necesarios para las empresas y, en particular, las empresas industriales. Son un habilitador.

Los operadores han tenido una oportunidad sin precedentes con la llegada de lo que llamamos internet de las cosas, el IoT. Pero por el momento han sido incapaces de capitalizarla y está por ver si aún tienen esa capacidad. Su estrategia ha sido apostar por la llegada de 5G como solución para los múltiples retos que plantea la conexión de cientos o miles de millones de dispositivos. Son requisitos muy diferentes de los que tienen los servicios que consumimos en un PC o un smartphone y, sobre todo, muy diferentes entre diferentes tipos de dispositivo o aplicación. También es crítico saber cómo hacer frente a riesgos muy reales, como estamos viendo día a día, en seguridad y en privacidad. Es una apuesta lógica, pero muy conservadora, que asume y pretende que las comunicaciones se seguirán proporcionando en el futuro como hasta ahora. Y aunque no es el único factor, lógicamente esta apuesta ha tenido como consecuencia la demora en la adopción de IoT”.

¿El 5G va a suponer otra gran revolución tecnológica?

“Yo no creo que 5G, tal como está planteado, vaya a ser una revolución. Será un paso evolutivo más, como lo han sido 3G y 4G. Es cierto, no obstante, que con cada avance en las comunicaciones (ancho de banda, capilaridad, etc.) surgen nuevas oportunidades que, en algunos casos, han sido y, seguramente, volverán a ser revolucionarias.

5G tiene un foco especial en la empresa y en la industria. Proporcionará nuevas cotas en la velocidad de transmisión, permitiendo en muchos casos la sustitución de la banda ancha fija; y latencias mucho menores que harán posible servicios muy sensibles al retardo, como por ejemplo los vehículos autónomos, nuevas aplicaciones de realidad virtual (extendida o mixta) o el control remoto de equipamiento crítico (robots). Como nota curiosa, recientemente se está hablando mucho de 5G como habilitador y complemento del edge computing, una reacción posiblemente muy oportuna al dominio de los actuales proveedores de cloud. Sería una segunda oportunidad para que los operadores jueguen un papel más relevante en la infraestructura como servicio. El despliegue masivo de dispositivos remotos, crítico no sólo en la industria, se beneficiará también de la evolución de los tecnologías que ahora ya soportan la oferta de NB-IOT y LTE-M.

Creo que aún estamos en una fase muy preliminar. El despliegue de 5G requerirá nuevamente de importantes inversiones, licencias de espectro y gran capilaridad de celdas. Como te comentaba antes, los operadores no tienen interés en realizarlas sin una perspectiva clara de rentabilidad, y las demorarán mientras no vean esa rentabilidad y no perciban que el riesgo de no actuar es demasiado alto. Es de nuevo el dilema del huevo y la gallina

Tristemente, en Europa parece que hemos optado por esperar que las gallinas vengan de fuera. Europa perdió una posición de ventaja privilegiada con el 2G. En apenas diez años, la incapacidad para ver más allá del presente de reguladores y empresas ha dejado a Europa en una posición de manifiesta desventaja. Ahora mismo, EEUU está embarcado en una guerra comercial estratégica con China por el dominio de 5G (entre otros muchos temas). No voy a justificar la escalada, pero en Europa hemos optado por ver la película desde el salón. El riesgo, como alguien apuntaba hace no demasiado, es acabar convertidos en un parque temático”.

¿Cómo percibe el tejido de startup españolas en el ámbito industrial?

“Recientemente he estado involucrado en un análisis y una propuesta para abordar lo que, desde mi punto de vista, es uno de los grandes retos de la innovación en España. Me explico, en este país, hay investigadores y se produce ciencia y tecnología (publicaciones y patentes) al nivel que nos corresponde. Sin embargo, esa tecnología no fluye hacia la empresa al mismo ritmo. Se queda estancada en la universidad. Faltan incentivos en la universidad y diría que cultura en la empresa. Desde mi punto de vista, el perfil del emprendedor tecnológico es el de una persona muy formada, consciente de los retos que afronta y, en particular, de que el partido se juega en una cancha internacional. Te contaré una anécdota. Hace unos años, un inversor americano que estaba en España para cerrar una ronda de inversión en una startup de éxito española, me dijo: “Nosotros sólo invertimos en el mercado americano, porque es lo que conocemos. Cuando invertimos en una empresa extranjera, es para llevarla a nuestro mercado y hacerla crecer allí. España nos gusta porque, si alguien es capaz de llegar a una serie A aquí, en un ambiente tan hostil, estamos seguros de que es un proyecto que merece la pena”. Fíjate que volvemos de nuevo al perfil del héroe. Lo que dicen los datos públicos sobre capital riesgo en España, es que, en este momento, no hay muchos ejemplos destacados de nuevas empresas en industria 4.0. No obstante, soy optimista. Estoy convencido de que, tarde o temprano, veremos a uno de esos héroes cabalgando sobre un unicornio de la industria 4.0”.

4 años de FOM

¿Cómo presidente del Comité asesor de FOM, qué balance hace de estos cuatro años de actividad?

“Admiro a las personas que se proponen un objetivo y tienen la determinación de llevarlo adelante y mantenerse firmes contra viento y marea. Emprender es una tentación, pero es realmente muy duro. Pablo Oliete tenía una idea muy clara de lo que quería hacer y dejó una posición cómoda en una gran empresa para llevarla adelante. En estos cuatro años, los que le hemos acompañado más o menos de cerca, hemos visto como ha ido ejecutando su idea, paso a paso. Para intentar convencer a los lectores de esta entrevista de que esto no es un mero cumplido, seré claro: La idea de negocio de Pablo no suponía poner en marcha una start-up tecnológica super atractiva con un discurso bien planchado que puedes contar en un ascensor a un inversor. Pablo es un “conector” que está convencido de que puede ayudar a hacer que ocurran cosas innovadoras en la industria, en España y, de paso, beneficiarse de ello. Sabe rodearse de gente interesante (y no lo digo por mi), y “extraerles” el conocimiento, no ya sin dolor, sino con placer. Pero sobre todo diría que sabe ignorar todo lo que no es esencial para su proyecto. Y eso es vital para no desviarse. Es una de las pocas personas que conozco que sabe decir NO sin que se note. En cuatro años, FOM ha conseguido avanzar en todos los frentes en los que se había propuesto hacerlo. Emergentes o los máster son una prueba visible, pero hay otras iniciativas menos visibles sobre las que creo que deberá ser Pablo quien comente o presente cuando considere que ha llegado el momento”.

¿Qué planes de futuro tiene? ¿nuevo libro quizás?

“Tengo unos cuantos proyectos en marcha. A muy corto plazo, vamos a publicar una antología de relatos de ciencia ficción en la que colaboro como instigador (evito declararme editor) y autor. Se va a titular “Ni en millón de años”. En los próximos meses, tengo la intención de publicar otra colección de relatos que se me van acumulando. Y si todo va bien, para finales del año que viene, o ya en 2021, llegará una nueva Extrapolación. Por el momento, acaricio la idea de una Extrapolación 2069. Una idea que estoy explorando es la relación que existe entre la ciencia ficción y la innovación. En español uno puede hacer realismo mágico y ganar un premio Nobel. Pero una cosa es la fantasía, y otra la imaginación disciplinada. La ciencia ficción está ahí, en esa frontera que nos lleva desde la fantasía a la realidad. Anticipar el futuro es mal negocio, pero es un ejercicio muy sano. Yo propongo el futurismo como deporte de riesgo para mantener en forma los consejos de administración, y comités de dirección. ¿Quieres inventar el futuro? Pues empieza por contarlo, a ver qué tal suena…”.

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