Durante los últimos 20 años, ha trabajado como director tecnológico creativo en numerosos proyectos de innovación de grandes compañías como Audi, Coca-Cola o Volkswagen. Y desde hace 15 años es CEO y fundador de WECOLAB STUDIO. Además es profesor en la prestigiosa The Valley Digital Business School y desde 2020 responsable del proyecto TecnoHumanista IANética en Las Naves, centro de innovación del Ayuntamiento de València.
Usted inaugura el V Congreso de Tecnologías Emergentes, ¿Cuáles son las tres o cuatro ideas claves con las que quiere que se queden los asistentes de su conferencia?
Primera, que no hay que tener miedo a la automatización. Segunda, que se está trabajando a todos los niveles institucionales para que la tecnología esté al servicio de las personas. Tercera, qué significa el empoderamiento humano, dónde se delegarán las tareas mecánicas, peligrosas y rutinarias a la Inteligencia Artificial (IA). De este modo, el humano podrá disponer de más tiempo para llevar a buen puerto esas tareas que solo la razón puede ejecutar. Y por último, qué significa el Tecnohumanismo, como unión entre Pensamiento y Tecnología, surgido de la aplicación de las ideas y tesis de las disciplinas humanas a las tecnologías emergentes disruptivas de la cuarta y quinta revolución industrial.
En su ponencia utiliza el término “Tecnohumanismo” ¿Qué significa exactamente este término?
La cuarta y quinta revolución industrial son la génesis del TecnoHumanismo, y no solo supone la revolución de la industria sino también la del ser humano, tal como lo conocíamos. Debemos potenciar más que nunca el desarrollo de una nueva ética y la recuperación del pensamiento antropocentrista, llevado al contexto tecnológico.
Y para que este cambio nos lleve hacia el mejor de los posibles futuros, nace este movimiento TecnoHumanista, uniendo Pensamiento, Filosofía y Ética con Ciencia y Tecnología. Aplicando las ideas y tesis de las disciplinas humanas a las tecnologías emergentes disruptivas de la cuarta y quinta revolución industrial, con un enfoque TecnoAntropoCentrista, donde la tecnología siempre quede al servicio del ser humano.
Sus tres principios fundamentales son; humanismo como actitud vital que concibe de forma integrada los valores humanos, en el contexto de un Segundo Renacimiento, donde la visión antropocéntrica ponga la tecnología al servicio del ser humano.
Educación, entendida como necesidad básica para lograr la adaptación y el conocimiento de la nueva sociedad digital, fomentando el autoaprendizaje continuo, la creatividad y la innovación.
Solidaridad, para poder afrontar los retos existenciales a los que nos enfrentamos conjunta e individualmente. Debemos unirnos en una sola especie y superar todos nuestros conflictos mediante la concienciación de que es el único camino posible.
¿En general tienen en cuenta las compañías a la hora de transformarse digitalmente el empoderamiento humano?
Estamos en un enorme cambio, pero la labor educativa en el tejido empresarial solo está al comienzo. Es labor de los expertos en transformación digital, adoptar este enfoque y mostrar el camino para que el empoderamiento humano, como una de las características fundamentales de la quinta revolución industrial, se no solo tenido en cuenta, sino suponga el motor principal de dicha transformación. Es el camino.
¿Qué ganan las empresas que tienen en cuenta el empoderamiento humano en la transformación digital?
Los avances en la industria son imparables. De hecho, las revoluciones tecnológicas se suceden en plazos de tiempo cada vez más cortos. Aunque las organizaciones se irán adaptando de forma paulatina a la quinta revolución industrial, a lo largo del proceso ya se habrán asentado las bases de la sexta. Estos ciclos se retroalimentan entre sí, vamos a vivir en un mundo en constante cambio. Solo el cambio permanece. La Industria 5.0 devuelve el protagonismo al ser humano. Este proceso trata de mejorar la productividad en la industria mientras que, de forma paralela, pretende reducir la frialdad endémica de estos entornos. De esta forma, los seres humanos vuelven a ganar protagonismo por encima de las máquinas, relegadas a ser nuestras eternas ayudantes. Es la supremacía del Ser Humano sobre la Máquina, cuestión fundamental en la que hay que verter todos los esfuerzos.
Hablamos ya de quinta revolución industrial, bajo su punto de vista, ¿Cuáles son sus características más destacables?
Manufacturación personalizada, despliegue de cobots, empoderamiento humano, rapidez y calidad, respeto medioambiental y sostenibilidad.
Y la Inteligencia Artificial, otra de las claves de este congreso, ¿cómo está evolucionando y cómo lo hará en los próximos años?
La IA está evolucionando a una velocidad difícilmente comprensible para el ser humano y lo hará aún más rápido en los próximos años. No podemos prever qué consecuencias tendrá el enorme desarrollo que está produciéndose en este campo. Estamos ante una revolución cognitiva, donde muchas de las competencias que hasta ahora eran feudo del ser humano pasan a ser fácilmente realizables con sistemas y procesos de Inteligencia Artificial (IA). Evidentemente tenemos que decir sí al progreso tecnológico, ya que la IA, bien dirigida trae enormes beneficios, pero con mucha reflexión y sobre todo con un mecanismo de freno y salvaguarda ante escenarios que pueden no ser fácilmente reversibles.
A día de hoy estamos muy cerca de entrar en la era de la Inteligencia Artificial General (IAG) y esto es lo verdaderamente peligroso. Me refiero a sistemas como LaMDA, de la que se ha dicho que ha tomado autoconsciencia, aunque ha sido desmentido por Google, o modelos enormes como GATO que ya puede realizar más de 700 tareas distintas, y sorprendió a los ingenieros con su autoaprendizaje de nuevas tareas, es más parecido a nuestro cerebro. Aunque algunos expertos dicen que estamos lejos, otros aseguran que el auge la IAG es inminente. Por tanto, el peligro es real y el momento es ahora.
Algunos escenarios donde los gobiernos tienen que ser muy exigentes son; las empresas deberán autorregular sus tecnologías de IAG, la IAG podría iniciar una carrera armamentística global, la IAG podría no estar alineada con nuestros objetivos. No sabemos cómo podría controlarse la IAG, y la IAG podría aumentar enormemente la desigualdad.
¿Qué le diría a aquellas empresas que todavía no han dado el paso de transformarse digitalmente por recursos, por tiempo…?
Esto es un mal a nivel global. Quien no entre de lleno en la transformación digital y lo priorice como uno de sus principales objetivos corre el riesgo de quedarse al margen y desaparecer en muy poco tiempo. No se trata de recursos o de tiempo, es un imperativo y tienen que acometer el proceso ya. Pero cuesta por que no lo ven, no entienden los enormes cambios que se están produciendo en esta época.