
María Dapena forma parte del equipo de asesores del sandbox de Inteligencia Artificial de España, un entorno controlado de Pruebas del Reglamento Europeo de IA puesto en marcha a través del Ministerio de economía, Comercio y Empresa. Es primer cerified lead asessor en España, certificación mundial que ofrece una metodología estructurada y robusta para garantizar que la IA y los Sistemas Autónomos (IA/AS) se alineen con valores éticos y actúen en beneficio de la sociedad. En su faceta de voluntariado es la Women in AI Spain ambassador, desde donde promueve un ecosistema inclusivo de IA en España en el que mujeres, niñas y grupos infrarrepresentados estén y tengan un papel activo en el liderazgo. Además de CEO y Fundadora de Llevantia compañía desde la que se impulsa la gobernanza en IA.
Este año se celebra el encuentro de Women in AI en Valencia y la VIII edición del Congreso de Tecnologías Emergentes en días sucesivos ¿Cómo ha surgido esta idea y cuáles han sido las sinergias que han encontrado?
Fue muy orgánico. Nuestra WAI City Lead en Valencia y Catedrática de la UPV y presidenta de AECTA, Nuria Lloret, dirige el Congreso de Tecnologías Emergentes desde 2017 y rápidamente vimos la oportunidad de unir fuerzas entre Women in AI y el Congreso, al compartir audiencias y perspectivas en ética y la inclusión.
¿Qué es el WAI International Talk 2025 y por qué este año han ubicado este encuentro en la ciudad de Valencia?
WAI International Talk 2025 es un encuentro pensado para visibilizar, conectar e impulsar el talento femenino en inteligencia artificial. Estábamos en València junto a nuestra presidenta global, la Dra. Alessandra Sala, y fue ahí cuando dijimos: “Es aquí. Esta ciudad lo tiene todo.” València nos ofrecía no solo un marco logístico potente, sino también una comunidad receptiva y muy dinámica. Lo propusimos a las instituciones y enseguida nos apoyaron. Ese respaldo fue clave para apostar por València como sede del primer evento internacional. Y ha sido todo un acierto.
¿Cuál es el objetivo de este encuentro?
Queremos que sea un punto de encuentro para mujeres que ya están liderando proyectos de IA, pero también para quienes están empezando o buscando referentes.
Y además, abrir conversaciones necesarias sobre el impacto que tiene la inteligencia artificial en nuestras democracias. La Dra. Lamm (UNESCO) nos presentará las recomendaciones para un uso ético de la IA y la Dra. Gehrke ha investigado la interseccionalidad entre el género y la desinformación y concluye como figuras públicas femeninas resultan mucho más atacadas que sus homólogos masculinos, más expuestas al escarnio y a la difamación. Son temas muy actuales y muy delicados, y creemos que es urgente abordarlos con objetividad y datos.
¿Qué trabajos o acciones se están llevando a cabo desde Women in AI para evitar los sesgos de género en la inteligencia artificial?
Consideramos que sin mujeres en puestos de decisión, la IA seguirá reproduciendo sesgos. Por lo que nos centramos en ayudar a nuestra comunidad a que escale profesionalmente. Fortalecemos a la comunidad local a través de equipos WAI en distintas ciudades. La cercanía entre nuestro equipo y la comunidad es esencial para identificar sus retos e intereses específicos, que pueden ser distintos a los de otra ciudad y actuar con más impacto. También trabajamos mucho en alianzas con otras organizaciones con las que compartimos valores, y, sobre todo, damos visibilidad a mujeres que ya están marcando el camino, así como a aquellas que están empezando y tienen un potencial enorme. Nadie mejor que las propias mujeres para verbalizar los riesgos de esta tecnología y proponer y accionar medidas mitigadoras.
Y en el marco de la promoción del liderazgo femenino en tecnología, ¿Cómo ha avanzado su organización desde que usted ostenta el cargo de embajadora en España?
Aunque Women in AI tiene una trayectoria global desde 2017, en España empezamos desde cero a finales de 2023. No teníamos equipo ni estructura y hoy somos más de 34 voluntarias repartidas por distintas ciudades, no solo Valencia, Madrid o Barcelona, sino también Alicante, Valladolid, Zaragoza, Asturias y seguimos creciendo gracias a una comunidad de casi 2.500 personas que nos siguen y a las que ofrecemos acceso a una red global de Women in AI, que ya suma más de 18.000 mujeres. Además, este año recibimos el Premio AEPA a la Innovación, que para nosotras es un reconocimiento colectivo, poner en valor el trabajo diario de muchas mujeres que están apostando por una inteligencia artificial más ética, diversa e inclusiva.
Los datos de universitarias STEM, altos cargos en empresas tecnológicas y las redes de apoyo en toda esta área ¿Indican que se está progresando durante los últimos años para empujar a las mujeres en la tecnología?
Avanzamos pero lentamente. Cada vez hay más redes de apoyo, más espacios donde se habla de diversidad en tecnología, y más referentes femeninas en medios y eventos pero debemos evitar que sea una medida cosmética o una mera formalidad. Si nos vamos a los datos fríos, el número de mujeres en puestos directivos tecnológicos, en comités, sigue siendo muy bajo y este es un indicador claro de un progreso insuficiente. Y en algunas ramas STEM, como la inteligencia artificial o la ingeniería, la brecha todavía es muy grande. El talento está, lo que falta es romper ciertas barreras estructurales y culturales que siguen frenando a muchas mujeres.
¿Ayuda la tecnología a las mujeres tecnólogas? ¿Y a otros colectivos desfavorecidos?
La tecnología puede ser aliada, si la diseñamos con esa intención. Hay iniciativas muy interesantes para evitar los sesgos en la contratación, en la promoción laboral o en otros aspectos, pero todo depende de cómo la diseñamos y para quién. Si no monitorizamos la infiltración de sesgos, no solo en la fase de entrenamiento de la IA, sino también en el resto del desarrollo y su despliegue, lo que conseguimos es perpetuar e incrementar desigualdades. Por eso, siempre insistimos en la necesidad de incluir diversidad, desde el diseño, durante su desarrollo, despliegue del sistema y hasta la retirada del mismo.
¿Qué cosas se están haciendo bien y cuáles no?
La ética ya está sobre la mesa, ahora falta pasar a la acción. Lo positivo es que ya no hablamos solo de lo que puede hacer la IA, sino de lo que debe hacer o no hacer. Las directrices éticas, las regulaciones como el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, y los marcos como HRESIA están marcando un rumbo más responsables, pero queda mucho por hacer en la implementación real. A menudo oímos voces clamando que la ética es un bloqueador o ralentizador de la innovación, cuando en realidad es una ventaja competitiva tangible, un generador de confianza con las personas usuarias, confianza que sabemos tiene un retorno económico, pero eso sí, debe existir esa intención real. También debemos trabajar más en formación ética de desarrolladores de sistemas de IA, al igual que se hace en el ámbito de la salud, donde existe un código deontológico enraizado en el principio de no causar daño y se implantan unos controles para evitar los efectos adversos de medicamentos o experimentos.