Javier Saurí cuenta con más de 20 años de experiencia ayudando a grandes clientes en sus programas de transformación. Durante este tiempo, ha gestionado grandes contratos para clientes de primer nivel, tanto en el ámbito nacional, como internacional, a los que he ha acompañado en el diseño conjunto de soluciones y servicios que les permiten transformar su negocio a través de la tecnología.
Usted moderará la mesa de debate bajo el título “Rompiendo barreras; Inteligencia Artificial al servicio de la diversidad funcional”, ¿qué aspectos o líneas básicas quieren debatir en ella?
La mesa tiene como objetivo central explorar cómo la Inteligencia Artificial (IA) puede ser un motor clave en la creación de un mundo más accesible e inclusivo para las personas con diversidad funcional. En una mesa compuesta por expertos del ámbito académico, empresarial y tecnológico, se pretende abordar, desde distintas perspectivas, los avances y desafíos que enfrenta la IA en la eliminación de barreras que históricamente han limitado la participación plena de este colectivo en la sociedad. Se tratará el tema desde distintos puntos de vista, como pueden ser los retos actuales, impacto presente de la IA en la inclusión, tecnologías prometedoras en este campo o la responsabilidad ética y social.
¿Cómo pueden tener en cuenta las empresas la Inteligencia Artificial al servicio de la diversidad funcional?
Las empresas pueden aprovechar la IA en dos ámbitos principalmente: el primero es el de su responsabilidad social, aportando a la sociedad soluciones que apoyen las políticas de inclusión digital, garantizando la privacidad y seguridad de los datos de usuarios vulnerables e invirtiendo en formación para las personas con diversidad funcional. El segundo es el económico, donde una IA que promueva la inclusión puede facilitar el acceso a este talento a las compañías, así como abrirles posibles líneas de negocio o servicios en este ámbito.
¿ Y la sociedad?
Debe usar la IA para promover la inclusión, no solo laboral, sino en otros ámbitos de las personas con diversidad funcional. Para ello necesitamos un fuerte apoyo desde las instituciones en un modelo de colaboración público-privada que desarrolle este tipo de investigaciones y la aplicación práctica de las mismas en forma de soluciones accesibles para todo aquel que las necesite.
Hace poco, nuestra marca de consultoría, Sopra Steria Next, lanzó el informe “Navigating the AI Era”, en el que exploraba los usos de la IA, no en base a indicadores tecnológicos, sino estratégicos y de negocio. El informe plantea cuatro arquetipos: IA aplicada a las máquinas, IA aplicada al software, IA aplicada a los procesos e IA aplicada a los humanos.
Esta tecnología aplicada a las personas permite mejorar nuestras capacidades, complementarnos y superar barreras. Y será una de las áreas en las que más inviertan las administraciones públicas en los próximos años, según nuestras previsiones.
¿En qué proyectos o cómo buscan esta IA al servicio de la diversidad funcional desde Sopra Steria?
Sopra Steria cree firmemente en que la tecnología es un habilitador fundamental para mejorar la vida de estos colectivos y desde hace tiempo trabaja en este sentido. A modo de ejemplo tenemos algunos proyectos, como IRIS Signbot, el primer chatbot del mundo accesible en lenguaje de signos, que hemos desarrollado en colaboración con IBM. Además, junto a UNIR y Fundación Randstad, hemos creado inCV, una app que usa IA y reconocimiento de voz para ayudar a las personas con discapacidad intelectual a hacer su currículum y encontrar trabajo.
Además, desde Sopra Steria consideramos la inclusión como un elemento fundamental y la tenemos en cuenta desde los procesos mismos de diseño. Cuando abordamos un proyecto, partimos de la necesidad de buscar formas innovadoras de aplicar el 5G, aprovechando que ya podemos usar dispositivos móviles desde cualquier lugar. Incorporamos sistemas de subtitulado automático, incluso en varios idiomas, y exploramos cómo la IA puede facilitar el acceso a contenidos para todos. También es posible trabajar en la mejora de la precisión de la ubicación mediante el posicionamiento indoor, ayudando así a que la gente no se pierda en lugares abarrotados, y en aplicar la realidad virtual y aumentada en terapias médicas.
El lema de este congreso es “Inteligencia artificial para un futuro responsable”, ¿Cómo imagina el futuro con la IA?
Imagino un futuro donde la IA esté al servicio de todos, promoviendo una sociedad más inclusiva y equitativa. La IA será clave para resolver desafíos globales como la salud, la educación o el cambio climático, además de ayudarnos en el día a día mejorando nuestra calidad de vida. Sin embargo, este futuro solo será posible si se desarrolla de manera ética, garantizando la privacidad, la transparencia y la igualdad de oportunidades, respetando la diversidad y reduciendo las desigualdades, en lugar de crear nuevas barreras.
¿Es suficiente para ese futuro responsable leyes como la actual Ley de Inteligencia Artificial de la UE?
La Ley de Inteligencia Artificial de la UE es un gran paso hacia un futuro responsable, ya que establece un marco regulatorio claro para el desarrollo y uso de la IA, priorizando la seguridad, la transparencia y los derechos fundamentales. Sin embargo, aunque es una base sólida, no es suficiente por sí sola. La rápida evolución de la tecnología requiere una actualización constante de las leyes, así como un enfoque más global y colaborativo que no afecte solo al ámbito de la UE. Además, se necesitan políticas complementarias que impulsen la educación, la accesibilidad y la reducción de desigualdades para garantizar que todos se beneficien de esta tecnología de manera equitativa.
En este ámbito, desde Sopra Steria nos especializamos en asesorar a nuestros clientes, no solo en el uso de la IA de manera eficiente y escalable, sino en hacerlo de una forma responsable acorde a los límites éticos y regulatorios establecidos.
¿Animaría a las empresas a participar en este congreso?
Sin duda. El congreso se ha convertido en un evento de referencia estos últimos años en la ciudad de València en todo lo relativo a las nuevas tecnologías. Es un encuentro diferenciador, no visto solo desde un punto de vista técnico, sino también desde otros prismas más humanísticos, como lo son el ético o social.